COOPERATIVA DE MUJERES
Derecho al trabajo y igualdad de género
La pregunta
Somos mujeres preocupadas por la realidad de nuestras familias. En la palabra, en el dialogo, nos preguntamos de manera continua ¿Cómo podemos hacer de la solidaridad una forma de vida? ¿Cuál es la diferencia que produce la solidaridad en nuestros barrios?
En nuestra realidad las prácticas comunitarias son algo diario. Esto se debe a que nosotras tejemos, preparamos la merienda, contenemos y sostenemos económicamente nuestras familias, de manera conjunta.
Sobre la solidaridad
En nuestras prácticas diarias se producen democracias participativas que crean redes solidarias. En estas se desarrollan mecanismos económicos conjuntos, para garantizar el derecho a la infancia, la igualdad de género y un barrio sustentable para nuestras familias.
Los mecanismos económicos que desarrollamos en nuestras Salas Cunas, nos llevó a crear cooperativas dinámicas: el fin es adquirir recursos para nuestros espacios, organizar eventos comunitarios, ferias, comidas y elaborar los útiles escolares y elementos necesarios para nuestros hijos e hijas. La idea es garantizar de manera plena, el derecho a la infancia, la educación y la cultura
Socias, iguales
La cooperativa es para nosotras una organización laboral y económica. Somos socias y no empleadas. Fortalecemos la igualdad de género y decidimos de manera conjunta, sobre nuestras ganancias y el tiempo que establecemos para nuestro trabajo.
Nuestra cooperativa de mujeres se sostiene en principios de ayuda mutua, y en el cumplimiento de objetivos individuales y colectivos. Es coordinada por mujeres organizadas, que tomamos decisiones en situación de paridad. Nos concebimos a nosotras mismas como sujetas de derechos. Aportamos al desarrollo de nuestra realidad desde nuestros saberes y conocimientos.
En la práctica accedemos a un trabajo digno para nosotras, pero sobre todo reconstruimos el tejido social de nuestros barrios.
La importancia de nuestra cooperativa
La participación en cooperativas, la entendemos como una herramienta de empoderamiento para nosotras. Desde nuestros ojos, es una respuesta a nuestras necesidades diarias.
En nuestra labor continua, gracias a la práctica cooperativa, desarrollamos intereses estratégicos: Obtenemos medios eficaces para mejorar nuestra vida, al acceder a oportunidades de trabajo decente. Logramos facilidades de ahorro y de crédito. Además, fortalece nuestro poder de decisión y acción en el ámbito propio de la cooperativa, pero también en los ámbitos familiares, locales y municipales (intereses estratégicos).
Para nosotras la participación en una cooperativa, significa un mayor posicionamiento en la sociedad y en nuestras familias. Es pensar una economía solidaria, donde nosotras determinemos nuestro andar.
En nuestra cooperativa entendemos la importancia de nosotras, mujeres y vecinas dispuestas a garantizar el derecho a la infancia, la igualdad de género y un desarrollo sustentable del barrio que habitamos.
En nuestro trabajo diario recuperamos un espacio público olvidado, nos protegemos y cuidamos nuestras familias. En nuestras prácticas la dignidad es una acción, un dialogo con lo que a veces creemos perdido.